Gestionar el conocimiento desde un
enfoque holístico tiene que ver con gestionarlo de manera integral y cíclica.
De manera integral porque considera al individuo, su experiencia, las
tecnologías y los procesos como un todo, y de manera cíclica porque implica una
serie de actividades contínuas para que el conocimiento se capture, se aprenda,
se difunda y sobre todo se aplique y así
generar más conocimiento que genere cambios, innovación y mejoras.
La gestión del conocimiento es
también una disciplina híbrida, no es ni un arte ni una ciencia pero involucra
muchos aspectos de tipo organizacional, tal y como lo define Laurence Prusak
(tomado del Prólogo del libro “A complete idiot’s guide to Knowledge
Management, 2012”): “La gestión del conocimiento involucra muchos aspectos
complejos de tipo organizacional; abordarlo de manera simplista no funcionará,
tampoco si solo se entregan soluciones tecnológicas en la organización lo cual
no hará que magicamente el conocimiento se dé”.
Así entonces, cuando hablamos de la
gestión del conocimiento, funcionalmente debiésemos abarcar las áreas de
aprendizaje y desarrollo organizacional, recursos humanos y tecnologías de la
información, es decir, personas, procesos, tecnología, liderazgo y cultura
organizacional.
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