La etnología, como ciencia de la
diversidad cultural, se enfoca en el conjunto de las creaciones de todo tipo de
los grupos sociales humanos, en ellas se incluyen con igual jerarquía las expresiones
espirituales de la actividad humana y las formas materiales. Las maneras de
computar el tiempo, las técnicas usadas en la alfarería, el conjunto de las
creencias religiosas, la magia, la conformación de lo social, las fórmulas de
cortesía típicas de un pueblo y otros temas relacionados con la configuración
social - con particular énfasis en la significación que construye una dimensión
simbólica - son aspectos que importan a nuestra disciplina.
En sus inicios la Etnología se conformó con una recopilación caótica de datos a partir de los relatos de viajeros que describían "costumbres exóticas" de pueblos extraños. Paulatinamente, adquirió un cuerpo de conocimientos, coherentes y sistematizados, hasta consolidarse como una disciplina científica; un elemento fundamental fue la observación directa de los rasgos esenciales de la cultura durante el trabajo de campo, lo que implica la convivencia con los pueblos estudiados.
Cabe señalar que el postulado actual de la "aldea global" ha dirigido nuestra mirada hacia quienes muestran resistencia a la homogeneización, quizá, para aprender de ellos el éxito de su convivencia centenaria y, en algunos casos, milenaria. Nos han revelado que nuestro compromiso no es salvarlos sino salvarnos a nosotros mismos. Así, como ha mostrado el desarrollo de nuestra disciplina, mientras exista el hombre que se vincula con otros, la etnología tandrá algo que decir.
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